Por Augusta Alemparte de @vivirconsciente
Mi cocina es mi centro de experimentación, es el lugar donde ocurre toda la magia, de donde salen los olores más ricos y también el espacio de reunión familiar, de encuentro, de conversación y también de peleas… así como también aparecen algunas recetas fallidas.
Es el centro de mi casa (tanto física como conceptualmente), ponemos música, nos reímos, ensuciamos, dejamos que los niños experimenten, pelen, piquen, revuelvan, aliñen y se conecten con los alimentos.
Para que todo esto pase, para que todo fluya, para que no sea un estrés constante el estar pensando que cocinar a diario, siempre tengo una organización semanal que permite que sobre eso se experimente. Siempre hay algunas preparaciones sencillas, básicas, materias primas listas, llegar y combinar, porque no siempre queremos partir de cero, porque no siempre
tenemos tiempo para hacerlo.
Para mí, lo primero importante es tener la despensa y refrigerador limpios y ordenados, saber lo que hay y darle un uso. Ver lo que lleva más tiempo para cocinarlo más pronto y dejar lo más fresco más atrás para poder darle espacio a aquello que se puede echar a perder más rápido.
Una vez que logramos esa parte, está bueno determinar cuáles son esas bases que siempre me salvan… tal vez unas verduras asadas o unas legumbres cocidas pueden ser un gran punto de partida, y de a poco, ir armando nuestra estructura y organización, que ojalá varíe semana a semana para que tengamos una alimentación nutritiva y que no se vuelva monótona.
Las invito a hacer la prueba, partir este mes con la cocina ordenada, limpia y en calma… para que sobre eso podamos crear y compartir en este espacio que tanto calor le de a nuestras casas.
No botemos nada, cocinemos y usemos todo lo que tenemos!